Los productos adelgazantes de todo tipo que se usan con alguna frecuencia y sobre todo por mujeres para tratar de reducir talla, peso o ambos, ya hacen parte de la cultura popular en nuestra sociedad.
No es para menos porque si algo nos caracteriza, es que vivimos en un grupo social en donde cómo lucimos tiene una importancia descomunal, querámoslo aceptar o no. No es que desde cuidadoysalud.com estemos promulgando la superficialidad de todas las personas que conformamos esta “manera de ser occidental”, es claro que no todos los individuos de este grupo humano se preocupan en demasía por cómo lucen exteriormente.
Sin embargo, es paradójico por ejemplo que los productos adelgazantes se hayan convertido de pronto en uno de los souvenirs más populares del mundo. Se puede afirmar sin temor a equivocarnos de que a veces estos productos adelgazantes son de los regalos más solicitados por ciertos individuos que quieren experimentar de alguna manera un cambio profundo o pequeño en sus cuerpos.
Dentro de estos productos adelgazantes hallamos el caso de las pastillas para adelgazar o pastillas reductoras. Tan famosas como polémicas, estas pastillas a veces no cuentan con un aval médico suficiente para imponerse en el mercado, o más bien, se imponen pero no realmente prestan un buen servicio a la salud y a la apariencia de los clientes por decirles de algún modo.
Los productos adelgazantes también comprenden una serie impresionante de cremas reductoras, batidos que supuestamente ayudan a controlar el apetito, inhibidores del hambre que se pueden conseguir en polvo o que literalmente hacen que la persona sólo dependa de líquidos para alimentarse, etc.
Claro que dentro de los productos adelgazantes que podemos considerar aquí, y no es que seamos crueles o no tengamos consideración, son tristemente los casos de anorexia y bulimia. Estos extremos alimenticios han creado un grupo de personas enfermas, esclavas de su apariencia, y por las cuales las autoridades médicas han decretado una emergencia sanitaria de proporciones épicas.
Ahora bien, los productos adelgazantes más inocuos o que pretenden serlo como en el caso de las fajas y otros elementos indumentarios para controlar la acción de los gorditos, el exceso de piel y demás, también se pueden incluir sin problema alguno.
Los productos adelgazantes de todo tipo que se usan con alguna frecuencia y sobre todo por mujeres para tratar de reducir talla, peso o ambos, no escatiman esfuerzos por seguir siendo mimados de la publicidad.
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En promedio, las personas que siguen nuestro programa pierden cierto promedio de libras por semana. Además, se asume ciertos riesgos inherentes a los programas de ejercicio y nutrición mediante el uso de este sistema. No se debe iniciar el plan alimenticio y el consumo de este producto si usted tiene una condición física en la cual hace ejercicio riesgoso y de forma intensa.
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