Indispensables e inolvidables para algunas mujeres y ciertos varones, los esmaltes de uñas son uno de los accesorios de belleza más populares de cuantos enarbolan la canasta familiar. Alguna vez alguien dijo que “un buen esmalte de uñas es como un buen reloj. Sólo que el esmalte es más efímero”. Bueno; hay muchos tipos de esmaltes para uñas que tienen propiedades muy interesantes como mayor impermeabilidad, capacidad de fortalecer las cutículas, más color duradero, y algunos más vienen con elementos para no morderse las uñas.
La aparición del esmalte de uñas en la humanidad no se tiene claro, aunque es cierto que desde épocas pretéritas en muchas civilizaciones habían personas que se pintaban las uñas. Como vanidad, para demostrar un cierto estatus social o incluso como guía, las uñas pintadas fueron un elemento recurrente durante muchas centurias hasta que llegó el siglo XX y, con él, la plena comercialización de la belleza. Antes el hábito de pintarse las uñas era unisex, pero con la entrada de un concepto mercantil de productos de belleza para el sector femenino, este empezó a ser traficado especialmente para las mujeres.
Empresas que se dedicaban a la producción de todo tipo de opciones como polvos, cremas, delineadores y pintalabios empezaron así mismo a distribuir los esmaltes de uñas. Claro que el sector estuvo demasiado a retaguardia de los elementos antes mentados. Tal vez se debió a que ni las manos ni los pies eran consideradas partes tan atractivas del cuerpo humano como la cara y el cuello. Por este motivo, muchas marcas famosas dejaron por muchos años de producir esmaltes de uñas, tarea que estuvo a cargo entonces de fábricas independientes que aprendieron muy pronto a que este producto podría ser su souvenir estrella.
Entonces empezó el eclecticismo en el esmalte de uñas. El color rojo dejó de ser estándar y empezaron estas fábricas a crear esmaltes para uñas de tonos azules, verdes, naranjas, amarillos, etc. Tiempo después se hizo popular el esmalte de uñas transparente, una opción que comenzó a ser utilizada por muchos hombres para resaltar tantos sus manos como pies. Aparecieron casi a la par los esmaltes de uñas que fortalecían las cutículas y aliviaban el problema de las uñas quebradizas. Por último, también hicieron su entrada al mundo de la belleza los productos especiales para que algunas personas dejaran el molesto hábito de morderse las uñas.
En últimas, una historia a punta de uña.
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