Los costos de una cirugía estética no sólo se miden por la cantidad de dinero que haya que desembolsar por un tratamiento específico; también se deben medir por la condición psíquica de la persona. Esto quiere decir que si usted tiene el dinero para ordenar hacerse una intervención quirúrgica en alguna parte de su cuerpo con el fin de verse de una determinada forma, piense si en verdad necesita de esta operación. Una de las cirugías estéticas más populares es sin duda la mamoplastia. Sobre todo la mamoplastia de aumento. Sin embargo, hay mujeres quienes teniendo unos senos grandes piensan hacerse una reducción considerable.
Hace algunos años, una conocida que tiene (o tenía, ahora no estoy seguro) unos senos grandes, me comentó que el médico le recomendó que no se los hiciese reducir. De modo que hasta la última vez que la vi tenía su busto de enorme tamaño. No sé si ella tomó la decisión de no dejarse operar por falta de medios económicos, o porque dejó de interesarle el tema de la reducción de sus pechos por el motivo que fuese. Esto les sucede a muchas mujeres, entre ellas las que necesitan realmente de esta operación. Como el caso de una muchacha de la Costa Norte colombiana quien antes de cumplir los 18 años tenía unos senos demasiado enormes que seguían creciendo incontroladamente. Felizmente pudo ser llevada al quirófano, y ahora su talla de brasier se ha reducido demasiado para su bienestar y mayor tranquilidad.
¿Y qué de las que quieren aumentar el tamaño de sus senos? ¿O las personas que quieren tener la punta de la nariz más levantada, los abdominales marcados, el mentón partido, etc.? Son intenciones que cualquier persona se encuentra en su libre albedrío de tomarlas como posibilidades. El problema radica en que si estas intenciones son dictadas o no por el medio en que se desenvuelve una persona, el cual puede exhibir indiscriminadamente ciertas formas físicas que pretenden ser estándar o el statu quo. O bien puede tratarse del capricho o del gusto de alguien más involucrado en la vida de una persona, o también el descontento que durante mucho tiempo ha tenido alguien con respecto a la apariencia de una parte corporal personal.
Los costos económicos de una cirugía estética no son sólo un factor a tener en cuenta antes y durante el desarrollo de la operación. Algo que pone a pensar a muchas personas que han visto aquellos realities en donde una persona de escasos recursos logra acceder a una operación estética soñada, es cómo costearán los cuidados y los controles que se deben hacer después de una de estas intervenciones. Imagino que el canal no asume tales compromisos, ¿o sí?…
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