Tener unas uñas bonitas, o unas uñas bien cuidadas, da igual, hace parte de un programa de acondicionamiento en que influyen ciertos hábitos de vida relacionados directamente con la higiene, la alimentación, y la forma en que tratamos muchos de nuestros propios comportamientos. El fumar es un hábito que nunca favorecerá el bienestar ni el aspecto de las uñas, por lo que el alquitrán contenido en los cigarrillos promueve la formación de manchas amarillas que pueden tener un efecto incluso perjudicial para la salud. Ni siquiera métodos como lavarse muy bien las manos con agua y  jabón eliminan totalmente este inconveniente, degenerando obviamente en el lustre de estas duras y transparentes cubiertas.

Es obvio que la alimentación influye en gran manera en la salud de las uñas, sobre todo los productos naturales como frutas y cereales sin procesar, de tal modo que una buena selección de elementos de estos dos grupos alimenticios ayudará a que tanto en las manos como en los pies podamos efectivamente disfrutar de tener una buena presentación en cuanto a ellas. No debe olvidarse que hay ciertos alimentos que al consumirse también ensucian fuertemente el aspecto exterior de las uñas, hasta tal punto que pueden incluso tapar totalmente la visibilidad de las mediaslunas que es uno de los componentes más vistosos de las mismas. En cuanto a esto, hay que prestar especial cuidado a cuando se ingiere algún alimento en particular y revisar bien las manos para constatar que no haya residuos.

Lo mismo acontece después de una actividad en la que hayamos manipulado diversas sustancias, por ejemplo, tierra, salsas, químicos, etc.; en cuanto a estos últimos y por extensión a ciertos trabajos empresariales o personales de cierta o gran actividad manual, hay labores que hacen tornar las uñas quebradizas, e incluso hasta la caída de ellas, por lo que deben tomarse todos los recaudos necesarios para impedir que ciertos elementos se adhieran a la superficie de las uñas y atenten negativamente contra ellas.

El comerse o morderse las uñas tampoco contribuye a su bienestar y belleza, además que puede representar un gran inconveniente a la salud dental por cuanto hay muchas bacterias que se pueden traspasar de la manos a la boca, y por lo tanto generar infecciones en la dentadura, los labios y otras partes circundantes. Es necesario acabar con este hábito para quienes lo tienen y, por supuesto, hacerse una buena manicura de vez en cuando.