El frío, al igual que su sensación térmica opuesta, es una de las fórmulas de belleza que más están siendo utilizadas para el tratamiento estético de ciertas partes del cuerpo y, por igual, tratamientos terapéuticos en la curación pronta de ciertos estados patológicos cuyo impacto negativo se ve reducido drásticamente ante la presencia de las bajas temperaturas. El hielo, para nombrar a uno de los primeros accesorios de estas particulares frialdades en la atención médica, es un poderoso desinflamatorio que gracias a su acción directa sobre los hematomas reduce ostensiblemente las acumulaciones de sangre provocadas por algún trauma sobre la epidermis, normalizando la circulación y también reduciendo la aparición de los famosos “morados” (hematomas subcutáneos).
El hielo, después de una actividad física que fortalezca la zona baja de la espalda, los glúteos y las piernas, endurece la cola sobre todo en las mujeres que tienen más tejido adiposo y grasa subcutánea. La aplicación más o menos prolongada de hielo sobre las nalgas después de una actividad física regulada, o bien en tratamientos estéticos como el levantamiento de esta parte del cuerpo, hacen una gran acción sobre los músculos de esta zona de tal manera que evitan la flacidez, reducen de una manera drástica o evitan la celulitis y pone la piel de alrededor mucho más bonita y tersa.
Las bajas temperaturas ayudan a la producción de espermatozoides mejor que otros procedimientos médicos inducidos; bien se sabe dentro de la ciencia médica que los testículos están descendidos naturalmente en el hombre porque si se encontrasen más arriba, el calor general del cuerpo que se encuentra normalmente en los 37 grados mataría a estas células reproductoras. Por esa razón, se ha experimentado en casos de esterilidad masculina debidos a testículos no descendidos o factores medioambientales, el tratamiento en cuartos fríos donde voluntarios en algunos casos específicos han logrado un aumento en el número de sus espermatozoides.
No hay que olvidar la importancia de las bajas temperaturas en la conservación de los equipos quirúrgicos, puesto que en un medio caluroso estos tienden a perder varias de sus condiciones naturales como por ejemplo el filo o la consistencia. Se cree que el frío podría estimular ciertas zonas de la epidermis involucradas en el cuero cabelludo, para activar de algún modo las células que se han visto afectadas por condiciones como la resequedad. Otra de la opciones del frío dentro de los tratamientos generales es en el tratamiento del stress y las tensiones, haciendo una contraparte a los salones de sauna o baños turcos.
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