Seguramente no es la primera vez que escuchas de las famosas dietas apresuradas… ¿Alguna persona cercana probablemente te habrá contado que hizo una dieta rápida para bajar algunos kilos y luego terminó subiendo el doble? Pues estas dietas existen y son más perjudiciales de lo que crees. ¿Por qué? Continúa leyendo y te explicaremos la razón.
El bajar de peso de manera brusca estimula un resultado inverso en el organismo, ya que al estar preparado para soportar largas periodos sin comer, el organismo empieza a crear reservas ya que interpreta esto como un contexto de difícil supervivencia, todo está relacionado: unidad cuerpo – cerebro – mente que trabajan en equipo.
La estructura del cerebro que se encarga de controlar el metabolismo de la grasas es el hipotálamo, entre las funciones que posee se ocupa del control del apetito y la saciedad. Pero en los casos en los que has estado comiendo una cantidad importante de alimentos por un largo tiempo, al momento de cambiar abruptamente a la mitad de esa cantidad, el hipotálamo lo interpreta como si estuvieras pasando por un periodo de hambruna, por lo que el cuerpo recibe la orden de comenzar a acumular y retener lo máximo posible de líquidos y grasas, ya que debe preparase para soportar «tiempos difíciles».
Gracias a una sociedad consumista, la disposición de alimentos es abundante, pero lamentablemente el cuerpo está preparado genéticamente para soportar hambrunas. Por lo cual el trabajo es tratar de mantener un régimen saludable y estable. Tarea nada fácil cuando se vive bombardeado de estímulos constantes de consumismo, sin embargo con esfuerzo y constancia es posible. En muchos países más del 50% de la población tiene problemas de sobrepeso, de allí que recurran finalmente a las operaciones.
Por todo lo anterior las dietas apresuradas y bruscas no son recomendables, ya que solamente lo que ocasionan es confundir al hipotálamo, rompiendo un equilibrio interno, por lo que el cuerpo termina reaccionado de forma opuesta a lo que buscabas. Recuerda que mantener una vida sana, dieta saludable y realizar actividad física es lo mejor, y ante todo debes consultar con un profesional al buscar cambiar tus hábitos alimenticios.
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