Un buen sueño tiene tantos beneficios que, sin exageración en los comentarios, es como si se tratara de la comida más provechosa que pudiera recibir cuerpo alguno porque en primer lugar y como medida lógica, reactiva la energía del cuerpo mediante el descanso. Además, como si fuera poco, dormir bien ayuda a la regeneración celular pues en estado de reposo máximo, las ondas alfa producidas por el cerebro producen en el organismo una reordenación de los sistemas endocrinos de tal manera que así están dispuestos a rendir de manera favorable. Otra gran ventaja del buen dormir es que los poros de la piel se abren, de tal manera que el proceso de la respiración por la epidermis reactiva elementos como el colágeno y la grasa que recubre el manto cutáneo. ¿El resultado? Una capa epitelial mucho más saludable.
En los estados en que una persona se encuentra enferma, o baja o alterada de ánimo, el sueño es un relajante natural que actúa siempre mejor que cualquier número de copas de licor o una comida copiosa. Así lo comprueban quienes, al estar indispuestos por algún motivo, descubren que después de una conveniente dormida, se sienten mejor o se han curado del todo. Después del sexo, el sueño constituye un revulsivo que alivia las tensiones, espanta las afecciones menores que un cuerpo pueda experimentar y, lo mejor de todo, calma el sistema nervioso al sentir el contacto con otra piel. Se ha descubierto que el sueño que se tiene después de las relaciones sexuales, si estas han sido placenteras está, junto al descanso después de una actividad deportiva provechosa, la realización de actividades de ocio de manera sana, etc., entre los mejores analgésicos naturales que puede tener casi cualquier persona en condiciones normales.
El sueño, claro, nos permite soñar. Los sueños son todavía un misterio, pero es claro que a través de ellos el ser humano puede “descargar” u evocar sentimientos represados, anhelos y vivencias pasadas que encuentran su satisfacción en la manifestación onírica. También se le considera como agentes para la videncia, pues está comprobado que muchos sueños han sido la representación simbólica de acontecimientos futuros en estado de vigilia. Los REM (Rapid Eye Movement), movimientos rápidos e involuntarios de los globos oculares mientras una persona sueña, son considerados por muchos científicos como un tónico mental, y así también, por supuesto, como un lubricante idóneo para la vista.
Como tratamiento de belleza, calmante o repuesto, el sueño es un gran amigo con el que debemos, si es posible, encontrarnos a horas más o menos fijas y en condiciones ideales.
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